Este sábado pasado fue la 18.ª edición de una comida anual que hacemos los amigos antes de navidad.
Y se dice pronto. 18 años seguidos, sin fallo.
El primer año, cuando éramos unos malditos críos de 17 o 18 años que desentonaban mucho en un buen restaurante, decidimos que íbamos a hacer una cena “De copa y puro”.
Ya sabes, una buena cena, en un buen restaurante, con una buena copa y un puro. Todo muy varonil para unos críos sin un duro con aspiraciones de mucho más.
Pues sea como sea, hemos hecho esa cena (desde hace unos años comida) cada año sin falta. Evidentemente, todos los años falla alguien, porque somos 20, y es muy complicado que alguien no falle, pero bueno, yo soy uno de los 2 o 3 que aún no han fallado a ninguna edición.
Aunque para mí, es el tercer año, que ni hay copa, ni hay puro, y, por tanto, tampoco hay resaca.
La decisión de no beber, en un contexto en el que la gran mayoría bebe, tiene ventajas y desventajas, pero quiero hablarte de una que es ambas cosas. Es decir, es, a la vez, una ventaja, y una desventaja.
Me refiero a prestar más atención, y, por tanto, a valorar más las conversaciones.
Mira, muchas de las últimas veces que me había reunido con alguno de mis grupos de amigos, habíamos hablado mucho del pasado.
De qué cosas habíamos hecho, de donde habíamos estado, de lo bien que nos lo habíamos pasado… y eso, en mi opinión, es una puta mierda.
Me explico.
No digo que no sea divertido y esté bien contar batallitas. Está bien, y te pegas unas risas, que siempre mola. Pero cuando el 100% de una conversación gira en torno al pasado… mal rollo.
El pasado se acabó. Caput. Se fini.
Creo que es infinitamente más interesante y más constructivo hablar del presente y del futuro.
De qué cosas estás haciendo, como te está yendo, cuál es tu última afición, o de qué cosas queremos hacer en un futuro.
Eso mola mucho más, y la verdad es que el sábado, la conversación, tuvo más de esto segundo que de lo primero, así que, en general, estuvo bien.
Como no, también hablamos de dinero, un tema bastante recurrente entre mis amigos… y como te he dicho muchas veces por aquí, un tema que me gusta particularmente.
Especialmente cuando hablo de finanzas personales e inversión.
En general, la gente se organiza fatal, financieramente hablando, y no sabe realmente que es ni como funciona el dinero. Y nada tiene que ver el estrato social, el poder adquisitivo, o la educación recibida.
El sábado, éramos 18 personas en una mesa, de las cuales 16 tienen estudios universitarios, y de las cuales te aseguro que solo 7 u 8, tienen algún conocimiento sobre inversiones, o sobre como funciona realmente el dinero.
Ya ni hablemos de tener un plan financiero a X años o un plan de ahorro sistematizado.
Como comenta mi amigo Pablo, en su último episodio del pódcast Eudemonía con Pablo Tovar “el nivel general de conocimientos y actitudes para las finanzas personales es muy bajo, particularmente bajo en países como España, que queda en una mediocre posición 17 de 20 países de la OCDE”.
Como en muchas otras facetas importantes, vamos casi líderes, pero por la cola.
Y en las que no va líderes por la cola, estamos luchando por serlo. Especialmente los últimos años, que el batacazo es la hostia bendita.
Oye, pero aquí hace buen tiempo, que es lo importante.
En fin, así nos va como país.
Y si crees que alguien, especialmente del aparato del estado, va a venir a echarte una mano, lo llevas claro.
En todo caso, te echarán la mano, pero al cuello, para apretar más, y espero que entiendas que no estoy hablando de política, sino de libertad. De la libertad individual que cada uno tiene para tomar riendas en el asunto.
La única opción que veo, sinceramente, es que de forma individual, cada uno de nosotros se ponga las pilas y aprenda sobre temas tan cruciales para vivir bien, como el dinero y las finanzas personales.
Hace un tiempo conocí a Jesús Barreña, alguien que de estos temas sabe bastante, y del que puedes aprender.
Te dejo su newsletter por aquí.
Como te decía, con estos temas hay que ponerse las pilas, y si tienes hijos, por supuesto ponérselas a ellos de bien pequeños, porque si crees que en la escuela van a explicarle algo, lo llevas claro.
Un abrazo muy disperso,
Fran Lledó
PD: En teoría, esto es una newsletter semanal, donde publico casi siempre los domingos, pero la teoría, y las normas, están para romperse, así que no sé muy bien que días publicaré, ni si lo haré una vez por semana, una vez cada dos semanas, o dos veces por semana.