Llevo muchos días, muchísimos, sin escribirte. Es más, creo que he batido un récord de ausencia, desde que decidí lanzar esta newsletter.
Y es curioso como funcionamos, porque cuánto más tiempo estás sin hacer algo, más cuesta volverlo a hacer.
Nuestra mente es muy hija de ____ y nos lo hace pasar mal en ese sentido.
Durante estas 2-3 últimas semanas, tenía en mi cabeza el run run, de que no estaba escribiendo por aquí, y realmente, me venían muchas ganas de hacerlo. Me venían a la cabeza cosas que quería contar, me entraba el hype, pero luego, cuando decía, “venga, voy a escribir para dispersos”, mi cabeza me recordaba que tenía cosas “más urgentes” que atender.
Cuando la realidad es que lo único que es urgente, es vivir el maldito momento presente, y no estar siempre mirando al pasado, o proyectando en el futuro.
Pero no quiero ponerme muy profundo, que en los próximos días ya me pondré mucho. Luego te cuento por qué te digo esto.
Entonces, como he perdido un poco el ritmo de mis dispersiones, voy a volver a usar una estructura de newsletter, que otras veces me ha gustado mucho, porque ponerte ciertos límites, ayuda mucho a la hora de ser creativo (si no sabías esto, ya lo sabes).
Voy a usar la famosa 3, 2, 1, esta vez con citas, reflexiones y recomendación. Por ese orden.
Y antes de empezar con las tres citas, necesito ponerte en contexto, porque las tres van a ser del mismo autor.
Hace unos meses, en Vidas Contadas, el pódcast de Enric Sánchez, descubrí a Xavier Guix.
Esa entrevista me hizo un clic muy grande, y tarde 5 segundos en comprarme El problema de ser demasiado bueno, uno de sus libros.
Lo devoré, y luego me compré Descontrólate. Que también he devorado, este más recientemente.
Ahora sí, vamos con las tres citas
Si no lo sabes, ahora lo sabrás, pero llevo mucho tiempo pensando en el propósito, en la misión, en que cojones he venido a hacer a este mundo. Tanto es así, que hace unos meses escribí una serie de post dedicados a este tema, incluso me fui de viaje con la ilusión de iluminarme y descubrirlo. De aquello, saque las siguientes conclusiones, por si gustas.
La cosa es que en su libro Descontrólate, Xavi deja una perla sobre el tema, que quiero compartir contigo:
Suelo explicar que la misión, o aquello que da sentido a nuestra vida, es algo que hay que descubrir. Por mucho que intentes dilucidar en tu mente “qué” podrías hacer, en qué debe consistir, el reto no es otro que ir descubriendo a través de tus actos y de tus decisiones, aquello que te inspira, aquello que te mueve y te conmueve. Llega un día en que tu mundo interior, encuentra una causa en el mundo exterior.
Esta última frase me parece sublime. En resumen, menos control, y más descontrol. Más experiencia, y menos pensamiento. Esta reflexión se me ha colado.
La otra cita que quiero compartir contigo, también de este libro, y que para gente autoexigente como yo, es un game changer, es la siguiente.
Vale la pena darnos cuenta de que a la vez que nos exigimos vivir de una forma especial, también estamos creando una fuente de temor. Nos condenamos a que las cosas sólo puedan suceder en el marco y en el fondo que hemos decidido ¿Y que ocurre si al final el marco es otro? Si vivimos deseososo de que las cosas sucedan como habíamos pensado, ¿somo capaces de vivirlas de otra manera? ¿Somo capaces de romper con el marco?
Sé como me gustaría vivir. Sé como me gusta que sean mis días. Y trabajo para conseguirlo.
Lo que pasa es que cuando me despisto, me paso de frenada y me rigidizo. Cuando eso ocurre, me agobio.
Y acabo con la tercera cita, esta vez de El problema de ser demasiado bueno.
En el fondo, los problemas por ser demasiado buenos, se asientan en una identidad moral que no se permite otra forma de ser que sentirse buena persona. Dicho de otro modo, el ser y el deber moral se aúnan creando una personalidad atrapada en la imposibilidad de ser lo que es, sino en lo que debe ser.
En resumen y antes de pasar a mis dos reflexiones.
Estás tardando en comprarte ambos libros.
Dos reflexiones dignas de Platón
Leer estos dos libros, sobre todo el segundo, que además lo tengo más fresco, me devuelve a una de mis frases favoritas, y que se está volviendo ya una constante en mi vida.
El libro Descontrólate me ha devuelto ese sentimiento de que a veces me enfoco tanto en pensar como quiero vivir, que me olvido de vivir.
Ahí tienes mi primera gran reflexión. Decidir como se quiere vivir está perfecto. De ahí nace la fuerza creativa que debe regir nuestra vida, pero cuidado. Un control excesivo será miedo, y eso es lo opuesto a vivir.
Y segundo, cuidado con intentar ser siempre muy bueno con todo el mundo, porque lo que pasa muchas veces es que te olvidas de ser bueno contigo mismo. De vez en cuando creo que, con mucho respeto y educación, hay que enviar a la gente a tomar por culo.
Acabo con una recomendación
Mira, una de mis tareas pendientes en esta vida, es vivir una temporada fuera de mi pueblo. Fuera de mi ciudad. Incluso, fuera de mi país.
Eso es algo que pasará. Eso lo saben hasta en la conchinchina. No sé cuando, no sé como, pero pasar, pasará. Y espero contártelo por aquí.
Alguien que ya lo ha hecho, es Víctor Garcés, que hace ya unos meses, decidió irse a vivir por el sud este asiático como nómada digital.
Estas historias son las que me flipan, porque sé que le revientan el cerebro a mucha gente, y por eso te la quiero contar.
Víctor tenía una trabajo de oficina, con su horario, con su normalidad.
Lo que pasa es que es un tipo curioso, y empezó a divulgar sobre lo que más le gustaba que era la inversión, el dinero, y los negocios. Y lo petó.
Lo ha petado en Twitter, lo ha petado con su newsletter, ha montado varios negocios online que le permiten vivir por el mundo con una mochila de 32 litros en la que mete todo, y lo mejor de todo, es que ahora cuenta todo lo que sabe en su newsletter Rumbo al Éxito.
Todo lo que verás en el enlace de arriba, mola, pero a mí, que soy un loco de los negocios online, la parte de Build in public, me encanta.
Y me despido por hoy, que no tocaba
Recibes este post, hoy jueves, cuando de normal publico los domingos.
El motivo es que mañana mismo, empiezo un retiro espiritual de tres días, y supongo que cuando acabe querré contarte más cosas. Entonces, publico hoy esto, y así casi me aseguro que en breve volveré a escribirte. O eso creo.
La decisión de ir a ese retiro fue totalmente descontrolada. Quiero decir, la mente me decía que buscase más, que mirase otras opciones. No sé por qué, el cuerpo me dijo, saca la tarjeta.
Un abrazo muy disperso,
Fran Lledó
Que bien verte de nuevo por aquí con tus dispersiones 😄