Este fin de semana pasado, hemos tenido una nueva edición del programa CreaTuVida en la Escuela de Eudemonía. Como siempre, facilitado por mis socios, amigos y maestros, Pablo y Verónica.
Ha sido intenso. Muy intenso.
Para los participantes, por lo que viven durante esos días. Y para mí, porque cuando voy, me empapo una y otra vez de la experiencia, y siempre me voy conociendo personas maravillosas. Además, esta vez, con las pilas cargadas a tope con este proyecto del que formo parte. Pero muy mucho.
Por otro lado, esta edición ha sido especial para mí porque participaba mi mujer. Era muy importante para mí que se sumergiera en este mundo de reflexión y desarrollo personal, y le ha encantado.
De todo el feedback que nos dieron las 30 personas que asistieron (y de mi propia reflexión como participante en 2023 y ahora desde fuera), me llevo una idea muy clara. Tan clara y sencilla, como poderosa.
La vida se basa en dos cosas. Solo dos. Pensar y actuar. Nada más.
Pensar
Es casi imposible que nos demos el permiso de parar por completo dos o tres días, a no ser que tengamos una excusa externa como un retiro o un programa como este. Es una mierda, pero es así.
Bloquear la agenda para dedicarnos a reflexionar sobre qué estamos haciendo con nuestra vida, qué nos hace felices y qué queremos realmente… o pagamos un buen dinero y nos aislamos del mundo, o no lo hacemos. Y lo sabes. O al menos, yo lo sé.
Además, el hecho de pagar por un programa así nos compromete mucho más. Por eso, las cosas gratuitas suelen servir para casi nada. Y, por tanto, la gente viene al programa a exprimirlo al 100%.
Eso se nota como no te haces una idea y es maravilloso.
Actuar
Hay mucha gente que se queda en el Olimpo de la reflexión. Leer libros, hacer cursos, apuntarse a más cursos… pero no hacen nada. Se ven a ellos mismos como filósofos, pero se quedan ahí.
No ponen en práctica lo que tienen que poner en práctica. No actúan.
¿El resultado? Siguen exactamente igual.
Reflexión sin acción sirve de bien poco.
Quizá para una conversación interesante o para quedar como un tipo profundo, pero nada más. Pero realmente, tu vida no cambia.
Cuando nos damos el permiso de parar, reflexionar y pensar, es una experiencia espectacular. Y si además lo haces acompañado, con una metodología que funciona y el poder del grupo llevándote en volandas, el impacto es brutal.
Esto es lo que me llevo de este fin de semana. Pensar y actuar.
Yo este finde, pese a ser parte de la organización, me di el permiso de para un rato a pensar, y tuve una visión. Una visión muy clara, fuerte, profunda. Voy a hacer algo. Algo importante para mí.
Pero te lo contaré otro día, aún no estoy preparado.
De momento, mi recomendación encarecidísima es que te apuntes a la newsletter de la Escuela de Eudemonía.
Recibirás un audio sobre Estoicismo de Pablo, que es una obra de arte.
Y luego, estaría muy pero que muy atento al próximo lanzamiento del CreaTuVida, que será en Mayo, del 09 al 11, y como siempre, las plazas volarán.
Un abrazo postal,
Fran Lledó
Yo no creo que sea difícil que la gente pare dos o tres días, porque de todos modos se van de vacaciones. Lo que sí es cierto es que parar dos o tres días para pensar sobre tu vida, eso es bastante complicado.
Lo de la acción lo he sufrido en mis carnes, mucha parálisis por análisis y todo eso. Ahora lo malo es que tengo una sobredosis de acción y me meto en muchos fregaos. Eso da para otra newsletter.