Hoy toca hablar de dinero. Como dice la Rosalia, el fucking money man.
Y quiero hablar de dinero por varias razones:
Es un tema que me apasiona (ya he escrito otras veces sobre el dinero, y lo volveré a hacer)
Es un tema que puede cambiar la vida, para bien o para mal, de cualquier persona del mundo
Es un tema que a la gente, en general, le da mucho repelús. Y sino, pergúntale a alguien cuanto cobra. El 90% te dirá “hablar de esas cosas es de mala educación”. ¿Quién coño decide que eso es de mala educación? En fin…
Por cierto, si quieres comprobar que tengo razón, haz como yo, di en tu newsletter que vas a sacar algo de pago, o que vas a cobrar por algo, y verás la estampida, jajaja. Nunca he tenido tantas bajas como con el último email, cuando dije que iba a sacar una cosa de pago.
Y aunque no me gusta que se vaya gente (voy a seguir escribiendo en abierto y me gusta que me lea cuanta más gente mejor), es lo que hay, y por mi experiencia en otros proyectos, es algo normal.
Total, que he visto el charco del dinero, y voy a tirarme en él a rebozarme, que para eso soy bastante cerdo.
Mi nueva definición del dinero
En el post que te enlazaba arriba, hablé del dinero, y de qué era, desde un punto de vista tradicional y técnico. La conclusión que te compartía en ese momento, y que desde un punto de vista técnico, me sigue valiendo, es que el dinero, hoy en día, es puro humo. No es nada.
Pero es verdad que hoy, casi un año después, tengo otra forma de verlo.
No es que haya sustituido esa definición, sino que la he completado un poco.
Como te decía, como bien material, el dinero sigue siendo humo.
Quiero decir, si tenemos en cuenta que un banco, solo tiene disponible, el 1% del dinero que sus clientes depositan en él, puedes hacerte una idea de qué tienes realmente cuando depositas tu pasta en el banco…
Lo que tienes (tenemos) es una “promesa” de que si vamos a sacar dinero o a comprar algo, en nuestra cuenta hay “algo” que lo pagará. Pero aquí hay dos problemas:
Se nos olvida, que nos creemos promesas de gente que, sin ningún puto escrúpulo, estafó a entre otros, el grupo más vulnerable de la sociedad, con las malditas preferentes. Por ponerte un ejemplo.
Se nos olvida, también, que como vayamos un día, mucha gente a la vez, a sacar el dinero del banco, el sistema quiebra y nos vamos a tomar por culo. Literal. ¿Te resulta familiar lo del corralito en Argentina a principios de este siglo? Pues eso.
Entonces, ¿qué es el dinero para mí en estos momentos?
Una energía. Solo eso. Todo eso.
La energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma, Antoine Lavoisier
Cuidado que la cosa se pone magufa
Haciendo caso a Lavoisier, queda claro que el dinero no se crea de la nada (aunque los gobiernos no paren de imprimirlo sin ton ni son), sino que se necesita una energía inicial, que poder transformar.
Pues en mi opinión, y ojo que esto es solo eso, mi opinión, la energía que puedes transformar en dinero, es tu propia energía. Como la marca de ropa de Kiko Rivera, tu buena vibra.
Uy uy uy Fran… te estás pasando tres pueblos con el incienso… ¿Seguro que no lleva algo raro el café ese de especialidad que te compras?
Pues algo mágico debe llevar porque más bueno no puede estar, pero sigamos, que me disperso.
Estoy, absoluta y totalmente convencido, de que tu energía, tu “vibración”, tiene un impacto brutal en tus resultados económicos.
Y voy a intentar explicarme.
Hay un tipo que me está reventando la cabeza últimamente, que dice lo siguiente:
“Los pensamientos generan emociones, las emociones generan acciones, y las acciones, generan resultados” y que la forma más sencilla de cambiar tus resultados (tu vida), es atacar a los pensamientos.
Y tiene sentido, porque si intentas cambiar directamente tus acciones, sin haber ido más atrás, te va a costar un cojón y parte del otro. ¿Por qué? Pues porque llevar a cabo las acciones que quieres realizar, exige tanto esfuerzo (fuerza de voluntad) que muchas veces es imposible sostenerlo en el tiempo, si no atacas a la fuente que lo genera todo, los pensamientos.
Voy con un ejemplo, que me parece muy gráfico, ponerse en forma.
Imagina que eres una persona sedentaria, que nunca ha hecho deporte, y que por motivos de salud, necesitas ponerte en forma y bajar de peso.
Imagina que contratas un entrenador, o buscas alguna rutina por internet, o lo que sea… y te pones a ello. Empiezas a hacer deporte. Estás modificando tus acciones.
El problema, y por eso la mayoría lo abandona a los 2 meses (los gimnasios viven de la gente que se apunta y no va, y no es broma, puedes hablar con cualquier dueño de un gym y te lo confirmará), es que esa persona no ES deportista. Es un tipo sedentario, que ahora está haciendo deporte, pero repito, no es alguien deportista. Entonces, cuando le falle la motivación o la fuerza de voluntad, que suele ser pronto, dejará de hacer deporte.
El cambio real, el cambio duradero, viene, cuando se ataca más atrás, a los pensamientos. Cuando consigues reprogramar tu mente, y sentir que ya eres alguien deportista.
Es decir, debes sentir que ERES un deportista, debes vibrarlo, debes pensarlo, porque así, tus emociones serán las de un deportista (si haces deporte te sentirás bien, y si no lo haces te sentirás mal, simplificando mucho). Estas emociones, modificarán tus acciones, y por ende, tus resultados.
Entonces… ¿Cómo me hago millonario?
Cada mañana, cuando te levantes, mírate al espejo y repite “ya soy millonario”, y ya está.
jajajaja venga va, ya me pongo serio.
Mira, yo no sé como se hace eso, para empezar, porque aún no he generado la cantidad necesaria de “humo” (o dinero, como quieras llamarlo) como para considerarme millonario. De hecho, no estoy ni cerca, pero… mis pensamientos, poco a poco, van siendo de millonario, y creo, que ese es el primer y obligatorio paso, para conseguirlo.
Y eso, ese mindset, es lo que quiero compartir contigo hoy, por si te sirve.
El dinero es bueno, y tener cuanto más mejor, es bueno para ti, para tu familia, y para los demás.
Mira, el dinero da mucha tranquilidad. Mucha paz. O al menos en mi caso es así. Por tanto, es bueno para mi. Muy bueno.
Me permite, si lo necesito, irme de viaje 6 días por Asturias, para “encontrarme” y no mirar demasiado el precio de las cosas (luego profundizamos en esto) ni que me importe mucho gastarme más o menos dinero.
Me permite, que si mi hijo quiere ir a Taekwondo, padel, inglés y ahora piano, decirle que si. Que vaya probando y a ver con qué se queda. Y si se queda con todo, lo pagaré con gusto.
Y me permite aportar mi granito de arena a los demás, donando algo de dinero de forma mensual a Ayuda Efectiva. Me flipa este proyecto.
Espero que no creas que me sobra la pasta, ni mucho menos, pero supongo que como no gasto en chorradas, para lo importante siempre tengo.
Cero apego contigo, dinero. Me gustas, te quiero en mi vida, pero en verdad, me la sudas.
No sé si voy a saber transmitir bien lo que quiero decirte en este punto, porque puedes pensar que esta idea es contradictoria, pero creo que no lo es. Al menos para mi no lo es.
Como te decía antes, no soy de mirar mucho el precio de las cosas, y además, no me cuesta mucho gastar los lereles, si es en cosas que me hacen feliz, claro.
Para que te hagas una idea, no sé si ahora la luz está cara o barata. Sé que la gasolina está otra vez cara, pero no hago una comparativa de precios para decidir a qué gasolinera voy, ¿me sigues? Simplemente voy a la que me pilla de paso. Pero sin ser gilipollas. Si tengo dos gasolineras a 50m una de otra, y en una me ahorro 10€ al llenar depósito, pues me los ahorro. Ya tengo algo para mi café.
Creo que se entiende.
El dinero es abundante, y si quiero que venga a mi, debo ser un tipo abundante.
Si aceptamos que el dinero es energía (es mi visión ahora mismo), buscando un símil, sería como la energía solar, y no como el carbón.
La cantidad de carbón que hay en el mundo, es finita, y en algún momento, se acabará, por tanto es escaso. La relación con esa energía está bien que sea de escasez, porque es real.
En cambio, la energía solar, siempre estará ahí. Y el día que no esté, si llega ese día, ni tú ni yo estaremos aquí.
Cuando digo que siempre estará ahí, es porque es “infinita”, porque siempre habrá algún lugar en el mundo, donde se podrá coger esa energía solar, y transformarla en electricidad, en frío, en movimiento, o en lo que sea.
Con el dinero es igual. Siempre habrá alguien en el mundo, dispuesto a pagar a otro alguien por hacer cualquier cosa. Siempre.
Y si no es con dinero, será con Bitcoins, con cerdos, o con gotas de aceite de oliva, pero siempre habrá transacciones comerciales. Por tanto, relacionarse con el dinero, desde un punto de vista de escasez, es un error, porque no es su naturaleza.
Si piensas que no hay que gastar por si algún día no tienes, solo pueden pasar dos cosas. Que hagas realidad esos pensamientos, a base de emociones, acciones y resultados. O que te mueras teniendo mucho dinero, y sin haberlo disfrutado.
Si piensas que si tú generas mucho dinero, es porque se lo estás quitando a otro que igual lo necesita más, estamos igual que antes. Escasez profunda.
Acabaras no queriendo ganar dinero, por tanto no lo harás, y lo peor de todo, es que nunca podrás ayudar a esas personas que según tu criterio, lo necesitaban más que tú.
Y por último, si siempre usas excusas, para justificar porque no tienes el dinero que te gustaría tener, también estás siendo “escaso”.
Con esto soy un maestro…
Es que este empezó en el mejor momento por eso gana tanta pasta…
Es que yo no tengo los contactos que tiene este para que le mencionen en todos lados…
Es que a mi no me gustan las redes sociales y por eso no me conoce ni Dios…
Puta mentalidad de mierda, contra la que lucho día a día.
Porque la verdad es que, aunque creo que he mejorado mucho en mi mentalidad los últimos 3-4 años, soy consciente que tengo mucho camino por recorrer, y ahora quiero confesarte dos cosas.
Lo primero, es que si crees que realmente he estado hablando todo el rato de dinero, no es así. De lo que he estado hablando realmente, es del impacto que tienen las creencias, casi siempre limitantes, que nos vienen de serie, y de la importancia que tiene trabajar sobre ellas y cuestionárselo todo.
Absolutamente todo.
Y lo segundo, es que la idea inicial de este post, era hablar sobre si el dinero, puede o no, ser un fin en sí mismo.
Es decir, quería hablar sobre porque pensamos (porque lo pensamos) que ganar dinero no debe ser el foco o el motor de un negocio. ¿Quien nos ha metido esa creencia en la cabeza? Porque está claro que es una creencia que tenemos. Nos resulta más guay escuchar o decir, que la misión de nuestro negocio es “ayudar a la gente a que tenga una mejor salud”, que “ganar el máximo dinero posible con un negocio enfocado en la salud”. Y la verdad, creo que no he hablado sobre lo que quería escribir. O igual si.
Vamos, que igual me estoy explicando, o igual no, pero por eso soy un disperso de mierda.
Un abrazo muy abundante para ti,
Fran Lledó
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