Tenía ganas de escribir esta newsletter, porque últimamente llevo un hype increíble con… el café.
Como buen disperso de mierda (sabrás de qué hablo) cuando descubro algo nuevo que me interesa, me obsesiono.
Y mi penúltima obsesión, está siendo el café, pero de especialidad.
“¿Especialidad? ¿Eso qué es?”
Eso, amigas y amigos, es café, lo que consumimos de forma habitual es otra cosa.
Lo que te sirven en el bar de Pepe en la esquina de tu casa, se llama café, pero cuando pruebes el café de especialidad, pensarás que llevan toda la vida engañándote.
Explícame lo de la especialidad
Un café se considera de especialidad, cuando los baristas (catadores profesionales de café) le otorgan una puntuación de entre 80 y 100 puntos.
Por hacerte un símil que igual conoces más, un barista sería como un sommelier , pero de café.
Entonces, hasta donde yo sé, hay una especie de organización de esto del café, y hay unos parámetros para evaluarlos.
Los baristas catan los cafés, ponen puntuación, y si es de más de 80 sobre 100, es considerado de especialidad.
Y si, la diferencia se nota, y mucho.
El café, ni es amargo, ni tiene ese regusto, ha “quemado”, el buen café es ácido, dulce, es meloso…
Es muchas cosas, muy buenas y diferentes, pero ni es amargo, ni necesita azúcar para estar bueno.
Si el café es bueno, solo necesita cariño preparándolo y ya está.
Hay mundo más allá de las cápsulas
Está claro que es muy cómodo encender la nespresso, meter la cápsula y a volar.
Y creo que ese es uno de los problemas que tenemos, que siempre buscamos la forma de volar.
Cuando empecé a meterme en este mundo del café, y a consumir contenido sobre el tema, lo que más me gustaba era la pasión con la que la gente se hacía el café, y el hecho de que lo trataban como una ritual, o una ceremonia.
Como si fuese la ceremonia del té en Japón.
Total, que eso fue lo primero que quise copiar, por el hecho de convertirlo en mi “momento café”. Es mucho más que hacerme el café. Es el momento.
Hay muchas formas de preparar café, pero yo de momento lo hago con cafetera italiana, o con la Hario V60, que es un proceso de café filtrado.
El café lo compro casi siempre de syra.coffee, en grano, así puedo molerlo como lo necesite, en función de que tipo de café quiera prepararme.
Lo peso con una balanza electrónica, lo muelo con un molino manual de muelas, y lo preparo.
El porqué de tanta parafernalia
Lo sé, es una parafernalia interesante, prepararte un café así, pero ese es el primer motivo por el que me gusta hacerlo.
Me obliga a parar y hacer algo con calma, con delicadeza, sin ir escopeteado.
Otro motivo, no menos importante, es que este tipo de empresas, tratan muy bien la cadena de valor del café, tratan bien al cafetero, y todos ganan. Además, son cafés de cultivo sostenible, y más respetuosos con el medio ambiento y todo eso.
Y la última razón por la que compro este café, es que está bueno de cojones.
Si quieres llevarte algo de esta newsletter, aparte de que sí te gusta el café, deberías de probar el café de especialidad ya, llévate la idea de tener una especie de ritual, de momento, que te obligue a hacer algo con calma, con mimo.
Verás que lo disfrutas mucho.
Un abrazo muy disperso,
Fran Lledó
PD: Mientras se te envía esto, estoy volviendo de Andorra, de esquiar unos días con mis amigos, y si me conoces de hace tiempo, sabrás el amor que siento por la montaña y por este país en particular. Por tanto, podrás intuir la temática de la próxima edición.