Hoy tengo ganas de hablar de los propósitos de este año y de cómo a día 10 de marzo ya se han ido la mitad a tomar por culo.
Y aunque podrías pensar que es porque soy un flojo, y podrías estar en lo cierto, la verdad es que creo que es todo lo contrario. ¿Por qué? Pues porque después de ponerte unos objetivos y hacerlos públicos, decir abiertamente que no los vas a cumplir, y explicar los motivos, creo que no es de flojo. De todos modos, como me estoy quitando de buscar esa validación externa que por mi personalidad busco constantemente, vamos a hacer como si no hubiese escrito este párrafo, ¿ok?
Bien, vamos allá.
En el primer post del año, que por si no estabas por aquí o no lo leíste, te lo dejo por aquí, te conté cuál es eran mis propósitos para este nuevo año. Hasta aquí todo correcto. También expliqué en ese post algunos trucos para definir tus propósitos, pero creo que me dejé uno de los principales, y que hoy entenderás.
Esos propósitos son cosas que quiero hacer, cosas que tengo en mente y cosas que de verdad me importan. Objetivos que de verdad van alineados con mis valores y con las cosas que más valoro de la vida. El problema es que hay algo que me importa todavía más, que toda esa lista de propósitos, y que creo que no tuve en cuenta, que no es otra cosa que vivir más.
Pero no más de más tiempo, que también, sino de VIVIR más y mejor mis días.
A ver si consigo ir aterrizando la paja mental que tengo ahora mismo entre las orejas.
Cada uno tenemos nuestros tiempos, nuestros momentos, o nuestras etapas a lo largo de nuestras vidas, y seguramente la etapa vital en la que estoy ahora, no es la masa adecuada para ponerme propósitos tan exigentes como los que me puse, sobre todo si estos dependen en gran medida de mi dedicación en tiempo y energía. Y esta es la clave de todo.
Te pongo un ejemplo, que así se entiende todo mejor. Si yo me pongo el propósito de ahorrar el 30% de lo que gano al año, eso no requiere ni de tiempo ni de mi energía. Lo único que tendría que hacer es programar una transferencia periódica desde mis cuentas a una cuenta de ahorro o inversión (que es lo que hace años que hago con mis fondos indexados). Es decir, es una decisión (ahorrar) acompañada de una simple acción (programar la transferencia periódica), que tiene un impacto a largo de todo el año y que no requiere nada más de mí. Podríamos decir que es un propósito escalable (cosa que me acabo de inventar). Trabajas una vez, recibes el resultado n veces, con coste de replicación cero.
El gran error que he cometido este año con la elección de mis propósitos, es que todos, absolutamente todos, implican más tiempo, más dedicación y más energía por mi parte, es decir, no son escalables en tiempo y energía, y tienen un gran coste de replicación, o de mantenimiento, para mí.
Esto, que en otro momento de mi vida, no habría supuesto un problema, ya que me he demostrado muchas veces que soy constante y trabajador, si el objetivo me interesa, ahora si lo es, y de los gordos, ya que estoy en un momento vital en el que ni puedo ni tengo ganas de exigirme tanto.
Veámoslo ahora con otro ejemplo. Me puse el propósito de caminar 10.000 pasos al día. Bien, caminar 10.000 pasos al día, yo no lo sabía, pero son unos 7-8km al día, que a un ritmo tranquilo para ir contemplando el paisaje y pensando en mis movidas, son entre una hora y una hora y media.
Si además de esta hora, hora y media diaria, tengo que sumarle una hora de entreno en el gimnasio, cuatro veces por semana, que es lo que suelo hacer más o menos, mi inversión en tiempo se dispara.
Pero la cosa no queda ahí.
Si te fijas en mis otros propósitos (si has leído el otro post los sabes, sino ahora te los resumo), mejorar mi nivel de inglés, aprender a tocar piano, meditar 5 días por semana, o llegar este año a los 100.000€ de facturación, todos y cada uno de ellos tienen una implicación importantísima en tiempo, todos sin excepción.
Actualmente, hago una hora de inglés a la semana, pero si quisiese mejorar más debería hacer dos.
Piano. Vamos con el piano. Hasta hace 2 meses, no había tocado una tecla de un piano en mi vida, ni había ido a clases de solfeo, ni absolutamente nada de todo esto. Por tanto, estoy yendo a una hora de solfeo la semana y media hora de piano. Además, ahora voy a tener que empezar a practicar en casa. En resumen, un cojón de tiempo.
Meditar, aunque parezca una chorrada, también requiere su tiempo. Ahora mismo estoy meditando al levantarme y al acostarme, unos 15 minutos cada vez, y me está yendo muy bien, porque este hábito si lo estoy cumpliendo bien, pero es tiempo.
Y por último, vamos a la facturación. Me propuse el objetivo de llegar este año a los 100.000€ de facturación, que no es que sea un objetivo muy complicado, pero si implica que le dedique más horas a trabajar, cosa que aunque no tendría ningún problema en hacerlo puesto que me gusta mi trabajo, tendría que quitarlo de otras facetas de mi vida como mi familia, a la que ya le quito tiempo.
Total, que estamos a principios de marzo, solo 2 meses después de mi publicación de propósitos, y te escribo para contarte que se van a tomar por culo casi todos.
Los 10.000 pasos, 5 días a la semana no lo voy a cumplir. Estoy saliendo un par de días a correr 7-8km y esos días si llego a los 10.000, pero el resto no, y sabes que, da igual. A ver, he aumentado bastante la media semanal respecto al año pasado, pero ni de coña será de 10.000 al día.
A los 100.000€ de facturación, salvo que suene la flauta en alguna movida, no voy a llegar, pero sabes que, que me da igual.
Y seguramente mi shakespearización irá a un ritmo menor del que me gustaría, pero también me da igual.
Tengo un nuevo propósito para este año, y es mucho más importante.
Pensar menos en cómo quiero vivir, y más en vivir.
Lo gracioso, es que a esta conclusión ya llegué hace muchos meses, pero la cabra tira al monte, y yo parece que no soy una cabra sino un cabrón. Veo una montaña y me tiro de cabeza.
En fin, que si, que hay que exigirse a uno mismo, hay que ser constante, y hay que currar, que a nadie le regalan nada. Pero también hay que saber leer el momento vital de cada uno, y adaptarse.
Si es que ya nos lo dijo Darwin hace un cojón de años:
“No sobrevive la especie más fuerte, sino la que mejor se adapta al cambio”
La semana que viene más. O la siguiente, quién sabe.
Un abrazo muy disperso,
Fran Lledó
PD: Igual te parece muy egocéntrico por mi parte, y puede que tengas razón, pero me gusta que me lea la gente. Cuanta más mejor. Por tanto, si te ha gustado, nos haces un favor a mi y a mi ego y necesidad de validación si lo compartes.
PD2: Oye, pero que si no lo haces no pasa nada.
Creo que comento el mismo error que tú al hacer mis objetivos y no era consciente (la mayoría son no escalables). Es decir, cada uno, aunque sea poco, es añadir una cosa más (en tiempo) a mi día a día.
Gracias por compartirlo porque yo mismo no había llegado a esta reflexión de propósitos no escalables.