El lunes vi a dios, y le miré fijamente a los ojos. Sin pestañear. Porque si eso no era dios, que paren la vida que me bajo.
Mira, yo no sé qué significa para ti el concepto de dios, si eres creyente de alguna religión, si eres más de ayahuasca, o si directamente no crees en nada más allá de lo que puedes ver y tocar.
Da igual, mientras a ti te sirva y te ayude en la vida, creo que cualquier punto de vista es útil.
En mi caso, el concepto de dios, no tengo muy claro que significa, ya que hay un choque importante entre mi educación en los primeros 20 años de mi vida, lo que viví de los 20 a los 30, y lo que estoy viviendo (y aprendiendo) de los 30 a los 35 que ahora tengo.
He sido criado en una familia muy religiosa, de hecho estoy confirmado por la santa iglesia católica, pero ni me casé por la iglesia, ni mis hijos están bautizados. Aunque eso sí, van al mismo colegio religioso que fui yo. Tócate las gónadas.
Pero como te decía, en estos últimos años de mi vida, que me estoy abriendo a leer y aprender, de todo tipo de puntos de vista, mi relación con dios está volviendo a cambiar.
De hecho, este verano en Irlanda, entre en una capilla muy pequeña, en Ballycotton (un pueblecito de película), y me emocioné mucho. Vi a un hombre rezando y me dieron ganas de poner la rodilla en el suelo y hacer la señal de la santa cruz.
Igual piensas que no tiene sentido, y podrías estar en lo cierto, pero para mí lo tiene todo.
Sea como sea, lo que venía a contarte hoy, es que el lunes, en una de las zonas más altas de los Lagos de Covadonga, vi a dios.
Para mí el concepto de dios es algo puro, es belleza, es luz, es libertad. Y todo eso, lo vi el lunes sentado y mirando a mi alrededor en los Lagos de Covadonga. Por tanto, eso tenía que ser dios.
A esto me refiero.
(Ya sé que para fotógrafo no voy)
Además, después de tirarme 15’ sentado contemplando el paisaje, decidí cerrar los ojos, y contemplarme a mí (desde que nació mi segundo hijo, hace casi un año, he perdido totalmente el hábito de meditar, y tengo que recuperarlo joder).
Y me gusto lo que sentí. Me gustó mucho.
La naturaleza, mejor dicho, la montaña, me equilibra, me llena de energía y de tranquilidad a partes iguales.
Y cuando te sientes equilibrado y lleno de energía, te sientes imparable. Sientes que puedes con todo, y que nada puede detenerte. Luego cuando tu hijo te amarga la noche (como hoy) y solo duermes 3 horas, te sientes como una mierda, pero eso es otro tema.
En ese momento, empezaron a fluirme ideas a borbotones, para muchas áreas distintas de mi vida, negocios, deporte, familia… las notas de voz del iPhone sacaban chispas.
Y me surgió el primer esbozo de propósito, para el Fran profesional.
Pero bueno, eso lo dejaremos para otro día, que aún tengo pendiente contarte ese nexo común que tienen todos esos intereses que me van surgiendo.
Antes de contarte el nexo común, y como una maldita señal divina, ayer Nacho Núñez (lector estas pajas mentales), me envió un video.
Un video de un chico que yo no conocía, que me ha arrojado una luz tremenda sobre todo esto que vengo contándote, y cuya frase final, de forma literal me ha explotado la cabeza.
La trascribo tal cual porque creo que es imposible explicarlo mejor.
Una pasión no es más que la intersección entre múltiples curiosidades. Averigua qué tienen en común esas cosas que realmente te interesan y habrás encontrado una pasión.
Conecta esa pasión co un problema existente en el mundo que quieras resolver y habrás encontrado un propósito.
Alinea ese propósito con cualquier tecnología o servicio emergente y tendrás el mapa para cualquier negocio a largo plazo.
Cuando escuché esa frase, este era yo:
Como te comente en este post, tengo claro que no tengo, ni voy a tener un propósito superdefinido para toda la vida, y tiene sentido porque soy un disperso de mierda.
Tengo muchas curiosidades distintas, cuya intersección y, por tanto, mi pasión, es la monetización.
Quiero decir, siempre que me intereso muy a lo bestia por algo, siempre le busco la vuelta a como podría monetizar todo lo que aprendo sobre ese interés.
Voy con algo muy banal y con algo menos banal.
Desde principios de años, me he vuelto loco por el café. De hecho, hablé de esto hace meses en este post. Sin ser barista, y siendo consciente que me falta mucho por aprender sobre este mundo, he aprendido un montón, y lo he hecho por gusto, pero te mentiría si no te dijese que desde el minuto uno, le he dado (y le doy) vueltas a como podría monetizarlo.
Con decirte que hasta pensé en montar una cafetería de especialidad en mi pueblo…
Otro interés menos banal, y con el que llevo algo más de tiempo, es con mi desarrollo personal, con el autoconocimiento, y como intuirás, también desde bien pronto pensé en como podría monetizar todo lo que aprendo sobre ello, porque de otra cosa que me he dado cuenta en los últimos meses, es que me flipa comunicar.
Cada vez me gusta más contar mis mierdas a mi manera, pero sé, que si quito de la ecuación la parte económica, mi interés caerá en picado tarde o temprano.
Cuando decidí arrancar este proyecto, no tenía claro como podría monetizarlo, pero siempre he tenido claro que en algún momento lo haría. Durante este viaje se me han ocurrido algunas formas, y el otro día, otro gran lector me dio una idea cojonuda.
Más que cojonuda, pero uffff, me saca mucho de mi zona de confort.
Igual te la cuento más adelante.
En pocos días escribiré la cuarta, y supongo que última entrega sobre el viaje, donde te contaré el mapa de mi negocio, que sale de mi propósito, conectado a mi pasión.
Un abrazo muy disperso, y por supuesto muy monetizable,
Fran Lledó
PD: Aquí el video del que te hablaba. Sencillamente perfecto.
PD2: También valida mi teoría de que la gente se flipa con lo de ser multipotencial. De multipotencial nada, son unos dispersos de mierda, como yo.
PD3: Por último, he activado el sistema de recomendaciones. Si le compartes esto a tu gente, y 5 personas se suscriben, te paso mi lista de libros top (bueno, y no libros, porque hay algún documental también) que me están haciendo ver el mundo de otro modo.