Y por fin ha llegado esta última entrega del viaje del propósito, que ya tenía ganas.
Tenía ganas, porque me ha obligado escribir, leer, reescribir, y releer, esa definición de mi propósito que llevo buscando hace un huevo de tiempo.
Me ha obligado a dejarlo negro sobre blanco, y además, ahora lo tengo en un sitio donde puedo consultarlo cada vez que dude o quiera reafirmarme en él.
Esto no ha sido un proceso de darle al coco un par de días. Llevo mucho tiempo dándole vueltas al asunto, leyendo libros, viendo videos, hablando con la gente que me conoce, con mis clientes, incluso como te conté en este post, con mi terapeuta.
Bueno, y escribiendo. Escribiendo mucho, tanto en esta newsletter, como en mi libreta.
Si leíste mi última publicación, sabrás por donde van los tiros, porque te conté cuál era mi pasión, pero no profundicé en como conecto esa pasión a algún problema que veo en el mundo y que quiero resolver (eso me daría mi propósito), ni tampoco te expliqué como quiero vivir de mi propósito, alineándolo, en este caso a un servicio, para crear un negocio a largo plazo.
Si no la has leído, no te preocupes que voy a profundizar en el tema.
Let’s go
Hace unas semanas, quedé para comer con unas amigas, socias, clientes, proveedoras… vamos, un poco de todo dentro de mi negocio, y de mi vida actual.
Hacía mucho tiempo que no nos veíamos (una de ellas vive donde los canguros), y estuvimos pusiéndonos al día. Como faltaban pocos días para mi viaje, saqué el tema a conversación, y junto con él, mis reflexiones sobre todo este proceso en el que estoy metido.
En un momento de la conversación, yo les expliqué que lo que buscaba, porque lo envidiaba mucho, era encontrar esa pasión única que encuentran algunos, y a la que le dedican su vida entera en cuerpo y alma.
Les contaba, que envidiaba mucho cuando alguien compartía contenido, o una simple conversación, explicando temas sobre su pasión, y lo hacía hipermotivado.
Les contaba que yo quería eso, porque no me pasaba.
En ese momento, una de ellas, la que vive donde los canguros, me dijo algo así como: “Fran, a ti también te pasa. Yo en ti también veo esa motivación, esa pasión. La veo cuando hablamos de como vender”.
A ese comentario, mi respuesta fue: “¿Sí? No sé, podría ser. Aunque realmente, no es por el dinero, quiero decir, a mí lo que me pone, es la notificación de Stripe de la venta, pero no el dinero en sí. La verdad es que el importe casi ni lo miro”.
Ojo que no estoy diciendo que no me guste o no quiera dinero. Me gusta el dinero, siempre me ha gustado. Me gusta ganarlo, gastarlo y tenerlo. Y por ese orden.
Indagando más en como funciono, en como soy, veo que cuando hago un lanzamiento de un producto, o me piden un presupuesto, conseguir el sí del cliente, para mí es el clímax.
Si echo la vista atrás, y soy sincero conmigo mismo, creo que siempre he sabido que lo que me mola de los negocios es esa parte de la venta, de la monetización, pero creo que había dos problemas.
Primero, como no veía que mis intereses siempre van a cambiar cada X tiempo y estaba buscando algo que no iba a encontrar, pues no lograba unir los puntos. Y tiene sentido, porque como bien decía Steve Jobs, los puntos no se pueden conectar hacia adelante, solo hacia atrás.
Y segundo porque no es cool. Quiero decir, asumir que tu pasión sea la parte de venta de un proyecto, como que no mola. Y mira que defiendo a capa y espada que hay que vender, y que vender es bueno, porque si lo que vendes es bueno, y lo haces desde la honestidad, es como un favor que le haces al comprador, pero creo que llevamos tan metido en el inconsciente colectivo, que vender es malo, y que es caca, que lo estaba rechazando.
Una vez claro lo primero, y superado lo segundo, es cuando puedo mirar hacia atrás, buscar esas intersecciones en todos los intereses que he tenido en mi vida, y encontrar que esa pasión es monetizar.
Y ahora, podría darte mil situaciones, detalles, matices, frases… que hacen llegar a esa conclusión, pero no quiero aburrirte.
Un par de cosas importantes
Una cosa que me flipa, y otra que me encabrona.
La primera va de comunicar. No es la primera vez que te lo cuento, pero es importante para esto del propósito, que sepas que cada vez me gusta más, y cada vez lo disfruto más. Y tengo ganas de hacerlo para mucha gente, así a lo loco. Me veo dando una conferencia, no sé ni de qué, pero con mucha gente delante y yo cagado en los pantalones.
Y la segunda, la que me pone enfermo y me encabrona, es la injusticia. Las injusticias son algo que me cuesta bastante tolerar. No es que yo sea la madre Teresa de Calcuta, ni mucho menos, pero soy el típico que cuando revisa la cuenta de un bar, si veo que falta un plato por cobrar, voy, lo digo y lo pago. Luego, cuando no me dan ni las gracias (me ha pasado varias veces), me dan ganas de no haber ido, pero era lo justo.
También soy el que si, por error, mi mujer y yo nos salimos del H&M con un collar en una de las bolsas, sin haberlo pagado, obligo a mi mujer a superar la pereza de subir las escaleras del centro comercial, y subimos a pagarlo.
Pues hay algo que no veo justo y que también me encabrona mucho, y es ver como gente brillante, que crea unas comunidades de la hostia, no las monetiza bien, acaba quemándose, y, por tanto, deja de aportar todo su conocimiento, porque no ha sabido monetizarlo de forma sostenible y abundante.
Ahora sí, por fin, mi propósito.
Ahora es cuando la matan.
Voy allá.
Mi propósito es, crear proyectos y espacios, donde poder dar rienda suelta a mis intereses y profundizar en ellos, por supuesto monetizándolos, para así luego, poder comunicar todo lo que aprendo sobre monetizar proyectos, y conseguir que, personas brillantes, que saben como crear grandes audiencias, puedan monetizarlas de forma sostenible y abundante.
Y lo gracioso del asunto, es que ya estoy haciéndolo, joder.
Soy socio de un par de proyectos, donde mis partners han sabido generar una audiencia y una autoridad, y estoy siendo el monetizador.
Tengo dos proyectos en torno al mundo de las membresías (mi negocio principal), en donde soy el creador de contenido y evidentemente monetizador (aquí es donde de momento voy enseñando todo lo que aprendo).
Ofrezco servicios de asesoramiento de marketing, gestión de campañas, y diseño y desarrollo de webs de membresías (un servicio muy exclusivo, ya que solo cojo un par de clientes al año).
Y algo más que se me escapa.
Pero ¿sabes que me falta?
Monetizar este proyecto. Esta newsletter, este proyecto, al que cada vez le dedico más energía, quiero que sea ese lugar, ese espacio, donde dar rienda suelta a mis cambiantes intereses, y poder monetizarlos.
Así que voy con la primera intentona, a ver que te parece.
El maldito tiempo
Dentro de mi desarrollo personal, y de toda esta vaina, le he metido mucha caña desde hace tiempo a la productividad, a la gestión del tiempo. Que sí Getting Things Done, que si Time Blockings, que sí Matrices de Eisenhower, y todo lo que haga falta.
Últimamente, estoy volviendo a leer libros que van de esto, pero desde otros puntos de vista, y me está gustando tanto, que quiero escribir sobre ello.
Quiero hacerlo, para hacer el esfuerzo de aclarar y unificar, todas las ideas que estoy sacando de los libros en un espacio único, y con mis palabras, que siempre las entiendo mejor que las de los demás, y como te decía antes, para monetizarlo.
Además, siempre podré decirle a mis hijos, mirad, de esta faceta de la vida, esto es lo que aprendió vuestro padre. Haced con ello lo que queráis.
Total, que voy a escribir una serie de emails, de pago, que por el volumen de ideas que tengo en mí Notion creo que saldrán entre 10 y 20 emails, muy trabajados y digeribles, que te harán entender, qué es el tiempo, qué relación tenemos con él, y qué relación deberías tener, para ser más felices.
O al menos, esa es mi ambiciosa intención.
Así que antes de montar la parte técnica, te pregunto para qué contestes de forma anónima, aunque espero que sincera (a sabiendas de que lo que contestes aquí puede no tener nada que ver con lo que hagas después con el datáfono de por medio) si…
Un abrazo algo menos disperso que otros días,
Fran Lledó
PD: La encuesta de arriba porfaplis.
PD2: No sé si lo sabes, pero compartir estas publicaciones o estos emails tiene premios. Aquí los tienes.